La Biblia nos dice que el cuerpo es templo de Dios y que el Señor desea que lo cuidemos bien. Esto lo encontramos en las siguientes citas bíblicas:
1 Corintios 3:16-17 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo.
1 Corintios 6:19-20 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
Debido a que nuestro cuerpo es importante, nuestro Padre desea que lo cuidemos de la mejor manera posible. Es por ello, que debemos cuidar nuestra salud física, emocional y espiritual.
La salud física, se refiere a las funciones y/o actividades que se deben realizar para mantener un estado fisiológico óptimo.
La salud emocional, es el estado que nos permite pensar, sentir y actuar frente a la vida.
La salud espiritual, es el bienestar del espíritu de una persona, y se asocia con una sensación de paz interior, satisfacción, con valorar la vida y estar agradecido por lo que se tiene.
Algunos consejos para cuidar la salud de la mujer son:
Hacer ejercicio.
Dormir lo suficiente.
Alimentarse de manera sana y equilibrada.
Eliminar hábitos nocivos.
Enfrentar el estrés y encontrar herramientas para reducirlo.
Organizar el tiempo.
Vivir el presente.
Disfrutar de la compañía de seres queridos.
Meditar en la Palabra.
Crear un sentido de pertenencia y propósito.
Amar y ser amada.
Tener esperanza incluso en los momentos más difíciles.
Perdonar.
Fortalecer la relación personal con Dios, en forma individual y comunitaria.
Orar.
Servir.
Agradecer.
Ahora que sabemos cómo cuidarnos y cómo poner más atención a nuestro cuerpo, es necesario que lo llevemos a la práctica.
Como mujeres debemos mostrar el amor por nosotras mismas y nuestra familia, practicando cuidados preventivos en lugar de curativos.
En ocasiones sucede que dedicamos menos tiempo a nuestro autocuidado y es ahí cuando la salud sufre un impacto negativo.
Reflexionemos si estamos siendo o no buenos mayordomos del cuerpo que Dios nos dio.
Vemos en Proverbios 17:22 NTV - El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas.
A veces cuando nos sentimos mal, nos deprimimos, pero tenemos que sobre ponernos y recordar que la Palabra de Dios influye en mejorar nuestra salud, ya que con el gozo que recibimos de ella, nuestro semblante y nuestra salud mejoran.
Cuidemos nuestro cuerpo, riamos, disfrutemos de todo lo que nos rodea, ejercitémonos, agradezcamos lo que Dios nos da y tengamos en cuenta que cuidarnos es una forma de prepararnos para servir a Dios y cumplir con nuestra misión en la vida. Leamos y meditemos la Biblia; qué mejor remedio para recibir la sanidad del agua de vida y así llenarnos de gozo.
Si hoy estás en enfermedad física, emocional o espiritual, oro a Dios para que sea Él obrando en tu vida, que te muestre su gracia y te aparte del pecado.
Padre Celestial, creemos y confiamos en ti; en tu perfecta voluntad.
Sáname, pero sana primero mi alma, mis emociones. Perdona todos mis pecados, y ayúdame a ser liberada, redimida y sana. Por la preciosa sangre de tu hijo amado, Cristo Jesús. Amén.
¡Cuidemos nuestro cuerpo!
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