Hoy en día llegar a ser una mujer a la luz de la fe se nos puede dificultar un poco, pues si buscamos el significado de la palabra fe en la Biblia, nos damos cuenta que en Hebreos 11:1 nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Y como dije anteriormente, en el tiempo que estamos viviendo hoy donde queremos todo rápido, donde se nos ha olvidado esperar con paciencia, vemos que cultivar la fe es difícil; pero, ¿sabes qué? Aunque el mundo esté corriendo detrás de un estándar que no sabe esperar, que está tomando atajos y utilizando en un sentido para obtener más rápido lo deseado, metafóricamente lo podemos comparar con una Generación Microondas.
En vez de esperar el tiempo justo de cocción que nos pueda dar la estufa, queremos todo tan rápido que recurrimos al microondas. Si hoy en día, aunque te sorprenda y hasta te parezca incrédulo, hay más mujeres microondas que estufa.
Es por eso, que través de estas líneas quiero que juntas reflexionemos a la luz de la fe, a la luz de la Palabra de Dios, y dejemos de afanarnos tanto, de querer las cosas para ya, de saber esperar el tiempo, pero sobre todo de estar más en los pies del maestro alimentando y fortaleciendo nuestra fe en Él; sabiendo esperar. En la Biblia podemos leer la historia de dos hermanas, una afanada y la otra centrada en lo verdaderamente importante.
“Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Lucas 10:38-42

Hoy te invito a no afanarte tanto, a saber esperar y a fortalecer en los pies del Maestro tu fe, aprendiendo a priorizar lo verdaderamente importante siendo una mujer a la luz de la fe, entendiendo que el tiempo que nos lleve esperar para ver aquello que anhelamos y que hemos pedido en oración, en el tiempo de Dios y bajo su voluntad lo veremos en nuestras vidas. Dejemos de ser mujeres microondas y aprendamos a ser esa mujer que Dios quiere que tú y yo seamos.
Seamos mujeres a la luz de la fe, tomando en cuenta estas recomendaciones:
Fortalecer nuestra fe.
Estar en los pies del Maestro.
Entender que para Dios no hay nada imposible.
Comprender que nosotras no podemos resolver todo, debemos de saber priorizar ejecutar y esperar.
Priorizar nuestra relación con Dios.
Ejecutar, saber que a nosotras nos toca una parte, ejecutarla guiadas por Dios a través de su Palabra.
Esperar con fe que Dios obrará bajo su voluntad y propósito en nuestras vidas.
Sabiendo que nosotras hemos cumplido con nuestra parte y que Dios hará el resto, de esa manera podemos llegar a ser una mujer a la luz de la fe guiadas por su Palabra.
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