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He aprendido a esperar en Dios

¡Juva Jesús! (¡Jesús ayuda!)


Espera en Jehová, y haz bien; Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado. Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y espera en él; y él hará. Salmos 37:3-6


Esperar en Dios no sólo puede tornarse difícil, sino que muchas veces se ve complejo, ¿por qué complejo? Porque la mayoría de nosotros queremos que las cosas sucedan al instante, rápido, a nuestro tiempo y no al de Dios.

Comprender cómo trabaja Dios y saber que es en Su tiempo y no en el nuestro es dificultoso, complejo, arduo, pero la espera desespera a quien no sabe en quién espera.

Y nosotros sabemos en quién hemos esperado y en dónde está cimentada nuestra esperanza.


Salmos 25:5 - Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día.


Muchas veces no se trata de lo que estás esperando, más bien del carácter que estás forjando en medio de ese tiempo, porque Dios desea moldear tu carácter y bendecir tu vida espiritual antes que hacer crecer tu ministerio, es más importante para Él verte crecer espiritualmente que ministerialmente.


3 Juan 1:2 - Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.


Te haré un breve comentario de una vivencia en la que Dios trabajó la paciencia en mi vida de una manera poderosa y extraordinaria.


Dos años atrás Dios me habla de una carrera universitaria muy costosa, (Administración), en los detalles incluyó que no sería yo misma quién me la costara, sino que alguien vendría a pagármela y yo no debía rechazarlo, en mi mente limitada y humana pregunté: ¿cómo podré estudiar esta carrera?

Me sería imposible pagarla y no podía esperar el tiempo para que viniera esa persona. Pasado el tiempo me quedé sin trabajo, poco a poco no tenía dinero para pagar la casa y menos para cubrir mis gastos personales, ¿cómo se supone costearía una carrera universitaria?

Todo se revoloteaba en vida y yo dudaba cada vez más de la palabra que se me había dado, pasaban los meses y nada, dudaba, desconfiaba, oraba, pero mi fe seguía menguando, ayuné, investigué sobre la carrera y sus especialidades, sin embargo, me parecía que tenía uno o dos años sin empleo, no encontraba qué hacer, enviaba currículum a todos lados y nada, miraba todas las universidades y nada, no veía nada.


Dos meses más tarde vi un anuncio sobre una beca, específicamente con la carrera de administración, me postulé, pero aun así seguía enviando mis currículum a todos lados, oraba diciéndole a Dios: no sé lo que vas a hacer pero o me mandas un trabajo o me dejas pasar el examen de la beca por favor, por lo que en la última semana hice un ayuno y me puse a orar incansablemente, ya me sentía desesperada, tomé mi examen, lo pasé y no me llamaban, pensaba que Dios no me escuchaba, hasta que un día me dispuse a ir a la iglesia a los cultos de oración, en medio de las oraciones sentí la presencia de Dios y cómo me hablaba de esperar en Él sin cuestionamientos ni disputas.

Lógicamente decidí esperar pacientemente, no fue fácil, pero decidí creerle con todo el corazón porque, aunque desconfié, algo dentro de mí creía en Su voluntad y en el orden con que haría todo. Sin más les cuento que fue increíble cómo Dios en poco tiempo organizó todo de manera que me llamaron de la universidad, me aceptaron la beca y me fui a estudiar la carrera de la que tanto Dios me había hablado, y hoy con lágrimas en mis ojos estoy escribiéndoles este testimonio desde mi lugar de estudio y universidad.


No desconfíes de lo que Dios ha dicho que hará, no importa el tiempo, no mires las circunstancias, sencillamente cree que, si Dios lo dijo, Él lo hará.


Números 23:19 - Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho Él, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?


Y recuerda amada, no se trata de sólo esperar sino de qué estás haciendo en medio de esa espera.

¿Te estás preparando o esperas prepararte cuando llegue?

En ocasiones esperamos en Dios y pedimos cosas para las cuales no estamos listas, y Dios en Su amor tan grande y Su hermosa y grandiosa misericordia no nos dará algo que nos haga daño. Ser hija de Dios conlleva también esperar con paciencia, porque sabemos en quién esperamos y la recompensa de ello, de hecho, es una de las ventajas que tenemos como hijos de Dios, la esperanza en un Padre real y verdadero que nos ama desinteresada e inmensamente.


Habacuc 2:1 - “Esperaré hasta ver qué dice el Señor y cómo responderá.”


“Esperar en Jehová es confiar y no dudar. Cuando esperamos en Dios y no lo hacemos en nosotros mismos, cuando hacemos las cosas en Su tiempo, Él nos va a empujar hasta llegar a la meta y obtener la victoria. Viene un nuevo tiempo a tu vida, y hasta que no lo veas, no puedes desmayar ni dejar de luchar.”


¡Soli Deo gloria! (¡Solo a Dios la Gloria!)


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