¡Juva Jesús! (Jesús ayuda).
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33
Es un hermoso recordatorio de la paz que Jesús nos ofrece a aquellos que le sirven, no nos asegura que todo estará bien, pero sí nos promete su conciliación y sobre todo su protección armoniosa en este inconstante mundo.
La paz no está en ningún lugar específico a perseguir, se halla en tu interior, es la armonía completa y perfecta que sientes contigo mismo y los que te rodean, sobre todo es un regalo de Dios a los que confían y perseveran plenamente en Él.
La palabra dice: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7
Solo Dios promete darnos paz interior, una paz que nos ayuda a controlar la ansiedad y nos protege la mente y el corazón, es decir, nuestros pensamientos y emociones.

Existen cuatro enemigos que nos roban la paz:
La culpa: Cuando hemos cometido algún pecado esta emoción es la que nos hace sentir mal, ocasionando efectos dolorosos y evitando nuestra concentración en Dios y su perdón. Pero una vez la persona que cometió el pecado se arrepiente, Dios se encargará de perdonarlo.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1:9
El perfeccionismo y la búsqueda de aprobación constante: Es el sentimiento que te hace creer que todo tiene que salir totalmente bien y que tienes que caerle bien a todo el que conoces. Pero la Palabra es súper clara en esta parte, leamos el siguiente versículo:
“Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10
La prisa: Es una de los ladrones de paz más frecuentes, ya que nos lleva a vivir en la rueda de la rapidez, pero nos sale caro porque el precio a pagar es la ansiedad, estrés, frustración e insatisfacción constante.
“El entusiasmo sin conocimiento no vale nada; la prisa produce errores.” Proverbios 19:2
“En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?” Mateo 6:27
El miedo: El temor suele ser uno de los principales enemigos de la paz, genera inseguridad y se convierte en un obstáculo para la fe, la única forma de hacerle frente es con la Palabra, la oración y consagración a Dios.
“Cuando siento miedo, confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas; Confío en ti, mi Dios, y ya no siento miedo. ¡Nadie podrá hacerme daño jamás!” Salmos 56:3
Antes de culminar este recorrido por los enemigos de la paz recordemos que la Palabra es la única espada de dos filos a usar para contrarrestar estos contrarios, por lo que me gustaría contarles que la fe es la garantía de la completa armonía, porque reafirma la confianza y la seguridad de que Dios está obrando en medio de la tormenta, sin FE es imposible tener PAZ.
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7
¡Soli Deo Gloria! (Sólo la gloria a Dios).
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