¿Alguna vez has dado ese paso creyendo algo que ya Dios te dijo que sería posible en él, pero de momento todo a tu alrededor empezó a cambiar y a marchar tan mal que dudaste y preguntaste si realmente eso venía de Dios, sentías literalmente que te hundías mientras no sabías qué hacer? Pues déjame decirte que no eres la única, a mí también me ha pasado, pero conozco a alguien en la Biblia que también le pasó y fue Pedro. En un momento fijó su vista en lo que estaba en su alrededor más que en el que se encontraba frente a él.
Expresa la Biblia en Mateo 14:22-23:
En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotado por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Puntos a resaltar y a comparar con nosotros:
Pedro tuvo la fe de caminar en la palabra que le dijo Jesús, tú también lo haz hecho e incluso yo, no entender nada pero seguir dando aunque sea un paso.
Cuando pierdes de vista quién te invitó a caminar, inmediatamente te empiezas a hundir. A Pedro le pasó, y a ti, ¿cuántas veces te ha pasado?
Aunque todos ven que él se estaba hundiendo, casi nadie resalta que habían más discípulos en la barca, pero el único que se atrevió a pedirle al Maestro que lo invitara a caminar fue Pedro, así que si te atreviste a dar ese paso quiere decir que crees.
Si pierdes de vista quién te llamó, inmediatamente te empezarás a hundir, tus ojos se fijarán en los vientos, en las cosas que están pasando alrededor, en vez de mirar hacia quién te dijo que caminaras.
Tienes que pedir ayuda cuando sientas que desviaste tus ojos de donde debían estar, Pedro lo hizo, y hoy aunque todos vemos un Pedro que dudó, pocos reconocemos que tuvo la valentía de llamar al único que podía salvarle.
Las manos del Maestro siempre estarán dispuestas a extenderse cuando sientas que ya no puedes más.
Jesús no te cuestionará antes de extenderte las manos, sino cuando ya te tenga segura te preguntara: ¿por qué dudaste? Y no lo hará para lacerarte, sino para que entiendas que si él está contigo tú estás segura.
Aunque sea Jesús que te llame a caminar en fe, no quiere decir que no habrá tempestad, sino que aunque los vientos se estremezcan él estará contigo.
Él te invita a caminar en fe pero tú eres quien decide si lo harás.
Después que pase tu tempestad todos se asombrarán de quién estuvo contigo.
Hoy te invito a confiar en el que te llamó, a entender que más grande es el que está contigo que lo que se pueda levantar en tu contra, recuerda lo que dice Hebreos 11:1 - Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Así que no esperes ver para caminar sino camina aunque no veas nada.
Y recuerda, un paso por más pequeño que lo veas se puede convertir en el inicio de grandes cosas.
Señor, oro por cada persona que está leyendo esto y que desde hoy empieza a caminar por fe y no por vista, ayúdale a que no se hunda y si en algún momento se hunde, pueda clamarte a ti como yo lo hice y también como el apóstol Pedro. Amén.
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