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Foto del escritorAyeska Ogando

¿Cómo manifestar el amor de Cristo ante el mundo?

¡Juva Jesús! ¡Jesús ayuda!

 

Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. 1 Juan 4:7

 

Es sumamente importante que seamos conscientes de que Dios ama a todas las personas y por tanto debemos verlas como Cristo las ve.

 

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:37–39

 

Al reflexionar sobre ello, me vienen a la mente muchísimas cosas y muy a menudo me pregunto cómo vivir eso, cómo amar al prójimo como a mi misma; mi respuesta es sencilla.

 

El amor es uno de los mandamientos más importantes que el Señor le ha encomendado a la iglesia. Existen diversas maneras y formas de demostrar amor a los demás, poniendo en práctica este interesante valor es cuando vamos a encontrar sentido a nuestro llamado como hermanas en Cristo, ya sea cuidando, llamando, enviando un mensaje, escuchando, siendo paciente con otros, hablándoles de Jesús, dando sin reservas, compartiendo, perdonando, siendo empáticos, testificando de lo que Cristo ha hecho en tu vida, edificando, sonriendo, ayudando, confiando, orando por los demás, compartiendo este artículo con tus amigos, y otros tantísimos actos de amor que conforman nuestro día a día, y que en ocasiones nos abstenemos de demostrarlo por temor o por el hecho de no tenerlo por hábito en nuestras vidas.

 

Si alguno dice: Yo amo a Dios, pero aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Juan 4:20-21

 

Dios es amor y quién le ama debe demostrarlo en la forma en que trata lo creado por Él. El nivel de amor que le demuestras a los demás es semejante al mismo amor con que amas a Dios y te amas a ti mismo como ser humano. No estamos llamadas a condenar o rechazar a ninguna persona, más bien estamos aquí para orar por ellos, ayudarles a levantarse y seguir; hemos sido restauradas para restaurar.



“Maxwell Maltz escribió una obra destacada que trata sobre el concepto que uno tiene de sí mismo. En ella afirma: la persona que piensa que la gente no es muy importante no se puede considerar así misma con un profundo respeto, porque ella misma es “gente”. Y con el criterio con que consideras a los demás, inconscientemente en su propia mente se está juzgando así mismo… Uno de los métodos mejor conocidos para superar un sentimiento de culpa consiste en dejar de condenar a los demás en la propia mente, dejar de juzgarlos, dejar de echarles la culpa y de odiarlos por sus errores. Se te desarrollará una imagen mejor y más adecuada de ti misma cuando comiences a pensar que otras personas son valiosas. Practica el tratar a otras personas como si tuvieran algún valor, y te sorprenderás al ver que también se eleva la estima que tienes de ti misma.”

 

Me hizo pensar mucho en que aveces para demostrar el amor de Dios al mundo es necesario hacer algunos sacrificios, pero ya Cristo hizo el mayor de los sacrificios, morir por nosotros, y Dios entregó a Su hijo por nuestros pecados.

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla. Juan 3:16-17

 

No es mucho lo que nos toca hacer, es importante y muy necesario que lo hagamos para edificar vidas e incluso ser mejores personas, demuestra amor al mundo, al prójimo y a tu familia.

 

Pero nosotros sabemos lo que es el amor, porque Jesucristo dio su vida por nosotros. Así también nosotros, debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos en Cristo. 1 Juan 3:16.

 

Hoy te reto a hacer un pequeño acto de amor.

Llama a alguien con el cual hace mucho no hablas y dile que le amas muchísimo, ora por su vida y cuéntale que Cristo también le ama inmensa e incondicionalmente.

 

Recuerda, lo que tú ves como pequeño y sin valor es lo que algunas almas allí afuera esperan para salvarse, en el lugar en donde estás, en el sitio que te encuentras hoy y a esta hora alguien espera y  necesita lo que tienes de parte de Dios, NO pierdas la oportunidad de demostrar el amor de Dios a tus compañeros, eres la única biblia que algunos pueden leer, ahora que lo sabes  respóndeme algo, ¿cuál es tu mensaje?

 

¡Soli Deo Gloria! ¡Sólo la gloria a Dios!

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