¡Jesús Juva! ¡Jesús ayúdame!
¿Cristianos deprimidos? ¡Jamás, y cuándo se ha visto eso!
Los cristianos no se deprimen, dice la religiosidad y la comunidad, muchas veces piensan que el hecho de ser creyentes nos hace ser de hierro y significa que tenemos que ser superhéroes, (sin capa y sin poderes), alegando que no tenemos derecho a enfermarnos y menos a sufrir este trastorno.
La depresión es un trastorno emocional que causa sentimientos de tristezas constantes, y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades cotidianas, y cabe destacar que el enemigo toma parte y aprovecha esta brecha para bombardear pensamientos negativos a nuestras mentes, tales son: eres fea, no tiene sentido tu vida, no eres nadie, ni tu familia te quiere, ninguno te valora, no sirves, no vas a llegar a ningún lado, etc...
Amo lo que dice el libro de Juan en el capítulo 16 verso 33: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Nos quiere decir que a pesar de lo que podamos pasar en nuestra estadía aquí en la tierra, podemos confiar en medio de la tormenta y descansar en Su perfecto amor, que hecha fuera todo temor. Jesús nos recordó que la verdadera paz se encuentra en Él. El mundo trae dolor y aflicción: es una certeza. Sin embargo, los hijos de Dios podemos estar seguros de Su victoria sobre el mundo, la cual Jesús obtuvo por medio de Su muerte en la cruz del calvario y Su resurrección. Esa seguridad nos llena de paz.
Quien te escribe por mucho luchó con este mal, diría que caí en depresión por falta de conocimiento, cristiana al fin creía que todo debía ser perfecto y esa era la meta; perfección total, no había chance para fallar ni un chin; pero, hello, ¡ningún humano es perfecto!
Me sentía tan sumergida en ese pozo oscuro que no encontraba salida, era como si estuviera acorralada, en una cárcel sin poder controlar mis pensamientos y emociones, más bien sentía que ellos me controlaban a mí, estaba perdida y sin rumbo, sin embargo, al final del túnel hay una luz que es el camino, la verdad y la vida, y seguirla fue lo que me llevó a sanar.
Por primera vez sentí lo que Job cuando dijo: De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Job 42:5
La verdad es que cuando chocas de frente con Dios, tu vida tiene que cambiar, tiene que ser transformador ese impacto causado por el Padre en tu existencia, empiezas a descansar en Sus promesas, y creerle verdaderamente es lo que te sana, salva y liberta.
Juan 8:36 dice: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Amiga que me lees, tener depresión no te separa de Dios, no te hace menos espiritual o pecadora; te hace más dependiente de Jesús, te hace vulnerable a Su presencia, te capacita fuertemente en constante oración y acción de gracias para con tu Padre. Te hace consciente de que tu futuro es incierto, pero tu eternidad ya está escrita. Ya deja de vivir para la sociedad y de responder a sus necesidades insaciables, y vive la vida en plenitud y libertad que Dios te ha mandado a vivir y que Él espera que tú experimentes. Créete lo que Dios dice de ti en Su Palabra: te escogí desde el vientre materno, eres mi hija amada, la niña de mis ojos, real sacerdocio, nación santa, te he llamado, soy tu sanador, tu libertador, eres un diamante en mis manos, soy tu amigo, tu Padre, búscame, ven, háblame de lo que sientes y te mostraré lo que tengo para ti.
Dice Mateo 7:7-8 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Porque estoy segura de que, si Dios me sanó, me libró y me libertó, también puede hacerlo contigo, Él es el mismo hoy, mañana y siempre, no es casualidad que estés leyendo este artículo, todavía hay esperanza, persevera, busca de Dios, abandónate a Él, no estás sola, Dios y tú son mayoría.
¡Soli Deo Gloria! ¡Solo a Dios la Gloria!
¡Gloria a Dios!
Gloria a Dios.
Excelente meditación y testimonio.
Bendiciones abundantes.