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¿Cómo vivir más cerquita de Dios?

Alguna vez te has preguntado, ¿Cuál es el mejor lugar para encontrar la felicidad plena? Hoy quiero decirte que ese lugar es estar cerca de Dios; cuando entendamos esto llegaremos a disfrutar plenamente de nuestra vida y estancia en esta tierra.


Desafortunadamente, el ser humano busca en diferentes lugares ser feliz y se equivoca, y es así como vemos a las personas frustradas, tristes, pensando que teniendo cosas materiales serán felices, llega el momento que tienen las cosas que desearon y no lo son, pero cuando logramos entender que en Dios podemos tener plenitud, nos esforzamos por buscarle y tenerle cerca cada día.


“Parece que estoy hablando solo, es como si le orara a la pared, Dios me parece muy lejano a veces”. Esta dificultad para sentir a Dios cerca de nosotros es una de las quejas más frecuentes en la vida de los creyentes y es el terreno propicio para las dudas e incluso la crisis de fe.


En un mundo cada vez más lleno de conflictos y de problemas que inquietan nuestra mente, es una excelente decisión el tratar de saber si estamos viviendo “cerca o lejos de Dios”.


Esta experiencia es universal y afecta a muchos. El autor del libro de los Salmos nos ha dejado escrito el testimonio de momentos espirituales cuando Dios parece estar lejano y es irreal para David. Al estudiar los Salmos, es sorprendente ver las veces en las que aparece el adverbio “lejos”, refiriéndose a Dios.


Ante las crisis de la vida, la humanidad ha puesto énfasis en saber de Dios. Lo buscan generalmente cuando el dolor consume sus emociones.


“¿Por qué estás lejos, oh Eterno, y te escondes en el tiempo de la tribulación?”, dice el Salmo 10:1. También leemos: “¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?” (Salmos 13:1).

La Biblia se ha convertido en un libro lleno de vigencia para todos, porque en él vemos como en un espejo nuestras propias luchas. En los Salmos encontramos casi un diario de vida para el rey David. Es la lucha del verdadero cristiano por sentir a Dios cerca y experimentar la misericordia y la presencia constante de Él.


¿Quieres vivir cerca de Dios?

Ante un mundo que gira en contra nuestro, muchas adversidades nos generan preocupaciones y buscamos a Dios con nuestras quejas:

  • “Estoy enfermo (a)… sáname Dios te lo ruego”.

  • “No tengo trabajo… Dios dame uno pronto”.

  • “Tengo serios problemas con mi esposa o esposo... ayúdame Señor”.

  • “Mis hijos se apartaron… tráelos de vuelta a casa”.

  • “Bendíceme Dios… apúrate por favor”.

En realidad estas cosas impactan nuestras vidas y quisiéramos a Dios cerca nuestro para que rápidamente solucione nuestros problemas.


Hace unas semanas, en nuestra Comunidad “Viviendo con Propósito”, teníamos como reto: Un día sin quejas, solo pura gratitud.


Hubo un día que prácticamente “todo me salió mal”, hasta dije: “este no es mi día”, pasaron ciertos sucesos que me traían “vuelta la cabeza”; recuerdo que en medio del caos, le agradecí a Dios por todo lo que estaba viviendo, sin duda alguna, el Espíritu me redarguyó y me dijo: Itzel, no te quejes, tranquila… En mi oración le decía al Señor: hoy probaste mucho mi paciencia, y te lo agradezco.

Este reto no solo fue un desafío para mí, sino para todas y/o la mayoría de las chicas de la comunidad, cada una expresaban sus anécdotas y desafíos que habían enfrentado, y justo Doris (creadora de la Comunidad) escribe: “Ver las bendiciones por encima de las circunstancias”. Eso es vivir cerquita de Dios, estar en constante comunión con Él en medio del afán diario, no alejarnos cuando las cosas no suceden como queremos y agradecerle por todo lo bueno y no tan bueno que pasa en nuestras vidas.


Lamentablemente, hoy en día muchas de las personas siguen viviendo alejadas de Dios y se pierden del propósito y los planes que Él les tiene preparados.


¿Qué tan cerca se puede estar de Dios?

En la historia bíblica encontramos hombres y mujeres que deseaban, con todo su corazón, estar cerca de Dios. El Rey David fue uno de ellos. Su mente y corazón quedaron expuestos para todos nosotros a través de los Salmos. Observemos con atención lo que David tenía en mente de manera constante: “Una cosa he demandado al Eterno, ésta buscaré; que esté yo en la casa del Eterno todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Eterno, y para inquirir en su templo” (Salmos 27:4).


Para David estar cerca de Dios era demasiado importante: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en el Eterno, el Señor, mi esperanza, para contar todas tus obras” (Salmos 73:25-28).


David entendía que en Dios estaba el bien. Sabía que podía escoger entre el bien y el mal, pero al mismo tiempo quería tener el bien que provenía de estar cerca de Dios.

¿Vivirás cerca o lejos de Dios?

Dios dice así a todos los que quieran hoy estar cerca de Él: “Acercaos a mí y yo me acercaré a vosotros” (Santiago 4:8). ¡Que increíble fórmula! Sencilla, práctica y con muchos beneficios.

Dios ha sido, desde el principio, muy gentil y amable con el hombre. Él no lo ha presionado a seguirle. Él no quiere coartar su libre albedrío. Sin embargo, ofrece una fórmula increíble para todo aquel que desea estar cerca de Su presencia.


Esta fórmula consiste en que nosotros, debemos dar el primer paso. “Acercaos a mí”, dice Dios. Esto implica tomar una seria decisión: ¿viviré cerca o lejos de Dios? Nuestro Creador pide que nosotros demos el primer paso y Él hará su parte: “y yo me acercaré a vosotros”.

Cuando dos personas se acercan, ambas están haciendo un esfuerzo mutuo por estar más juntas y unidas. Dios no limita nuestros pasos para estar más cerca de Él. Nuestro Creador quiere vivir en comunión con los que guardan sus mandamientos y quieran participar de su plan maravilloso para la humanidad.

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).


Todos necesitamos socorro de Dios constantemente. La vida ofrece problemas y debemos decidir vivir cerca de nuestro Creador para recibir la mano salvadora de Él. Su mano es la que consuela, la que levanta el ánimo, la que da esperanza y la que da vida.

Mi consejo para ti hoy es: a pesar de las adversidades, de los problemas que tengas o de las situaciones por las cuales estés atravesando, “no te desanimes, no dejes de buscar a Dios, camina con Él, permítele que haga algo nuevo en ti, decídete, avanza, y si caes, levántate; Él quiere estar siempre cerca de ti.

Que los próximos meses, tu anhelo sea vivir con "verdadero propósito", que no solo sea la emoción de un nuevo año, sino que cada día, tu prioridad siga siendo vivir más cerquita de Dios.


Dios te bendiga.

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